(Foto: José Amador Martín. Retrato de Unamuno. Casillas (Aula Unamuno de la Universidad de Salamanca).)

Por: Crear en Salamanca.

 “Crear en Salamanca” estuvo el pasado sábado 22 de febrero en el homenaje a Rubén Darío, organizado por la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Salamanca, y por la Sociedad de Estudios Humanísticos y Literarios de Salamanca (Selih), con la colaboración del Festival Internacional de Poesía de Granada (Nicaragua). El coordinado del mismo ha sido el poeta Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Usal.

Unamuno, en voz de Sánchez Terrones, rinde homenaje a Darío y lee: “¡Hay que ser justo y bueno, Rubén”.

 

Transcribimos un fragmento del conmovedor artículo escrito en 1916::

 

“…¡Pobre Rubén! ¿Te llegarán tarde estas líneas de tu amigo que no quiere ser injusto ni malo? Nunca llegan tarde las pa­labras buenas Dicen que la hora de la muerte es la de las alabanzas. Pero si estas son sinceras y son justas, hasta vale la pena de morirse, porque ante Dios y los hombres resuenen las alabanzas sinceras y justas. ¿Por qué en vida tuya, amigo, me callé tanto? ¡Qué sé yo…! ¡qué sé yo…! Es decir, no quiero saberlo. No quiero penetrar en ciertos tristes rincones de nuestro espíritu…”

 

¡TORRES DE DIOS! ¡POETAS!

¡Torres de Dios! ¡Poetas!
¡Pararrayos celestes
que resistís las duras tempestades,
como crestas escuetas,
como picos agrestes,
rompeolas de las eternidades!

La mágica esperanza anuncia un día
en que sobre la roca de armonía
expirará la pérfida sirena.
¡Esperad, esperemos todavía!

Esperad todavía.
El bestial elemento se solaza
en el odio a la sacra poesía
y se arroja baldón de raza a raza.

La insurrección de abajo
tiende a los Excelentes.
El caníbal codicia su tasajo
con roja encía y afilados dientes.

Torres, poned al pabellón sonrisa.
Poned, ante ese mal y ese recelo,
una soberbia insinuación de brisa
y una tranquilidad de mar y cielo…

 

RUBÉN DARÍO RECUERDA A FRANCISCA SÁNCHEZ

Mírame, amada; está la tierra

en tus ojos y duele. La luz

se enciende donde tú me abrazas.

El surco de tu cuerpo

me acaricia: honda prisión

que encarcela mis labios

en ti, líquida noche.

Rózame, amada: húmedo

sueño de secreta roca,

alta cima de torres diluidas

en el paisaje de la niebla.

Siénteme ,amada, en esa rosa

que se marchita, en ese cisne

donde la blanca luna se despierta

en el coral de tu mirada.

Escóndeme en el hueco

de tus labios, en el paisaje dócil

donde una tarde muere.

He subido a la altura de la tierra,

Allá en Navalsáuz, en las orillas

de Gredos, a los pies de la piedra

dibujada en el azul de un cielo

transparente. Todo me habla de ti.

La luz de atardecida se derrama

sobre la muerte, y el silencio

esconde una sombra de sueño

en unos ojos que se encienden

de un infinito amor cuando me miras.

 

Crear en Salamanca nace en el año 2012 como vehículo transmisor, nunca en sentido localista sino haciéndonos eco de los aspectos más universales de la Cultura.

 

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