(Foto: Tarjeta postal que Rubén Darío envió desde España a María Castro, en ella dice: “Cariñosos recuerdos de su afectísimo amigo Rubén Darío”, el matasellos refiere a Madrid, el 30 de mayo de 1908.).
Cortesía: LA PRENSA/E.OPORTA/CORTESÍA DE CARLOS TÜNNERMANN.

carlostunnermann001Por: Dr. Carlos Tünnermann Bernheim - n.Managua, Nicaragua (10/Mayo/1933). Realizó estudios de Bachiller en Ciencias y Letras en el Instituto Pedagógico de Varones de Managua, es Doctor en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. Académico de Número de la Academia Nicaragüense de la Lengua (1992).

Un mechón de Rubén Darío cortado después de fallecer y una postal con la firma del poeta fueron encontrados en la biblioteca de Juan Ramón Avilés.

Recientemente, en una nueva revisión de la biblioteca que perteneció al periodista y devoto dariano don Juan Ramón Avilés, tío político mío, localicé nuevas reliquias o recuerdos de nuestro gran poeta, algunas de ellas conservadas entre las páginas amarillentas de las obras de Darío.

La biblioteca pertenece a los herederos de don Juan Ramón, quien fuera director y fundador del diario La Noticia, en su tiempo el periódico liberal de mayor circulación en el país. Sus herederos, el doctor Leopoldo Navarro y su esposa María Fidelia Avilés Tünnermann, periódicamente me autorizan revisar la vieja biblioteca que, en realidad, está compuesta por los dos centenares de libros que la familia Navarro-Avilés rescató de las ruinas de la casa solariega de la familia Avilés-Tünnermann, destruida por el terremoto de Managua de 1972.

El 6 de febrero de 1916, tras larga y dolorosa agonía, falleció en su amada ciudad de León el renovador de la poesía y la prosa en español, Rubén Darío. Esto significa que estamos a tres años de una fecha que Nicaragua tiene la obligación de conmemorar, como corresponde al más ilustre y prestigioso de sus hijos.Para tal efecto, será preciso que la Asamblea Nacional dicte una ley que cree una Comisión Nacional para conmemorar dignamente el centenario de la muerte del más alto poeta en lengua española, cuya obra sigue siendo publicada, traducida, divulgada, a nivel mundial, y es objeto constante de estudios críticos por especialistas de todos los continentes.

“Con el hallazgo de este cabello de Rubén Darío se podría estudiar la genética de un grande. Todos estos objetos revisten gran importancia para la vida y la historia del poeta”. Carlos Tünnermann, escritor y estudioso dariano.

Como fruto de revisiones anteriores, tres Editio Princeps , de obras de Rubén, fueron depositadas en el Museo y Archivo Rubén Darío de León. Esa vez se trató de Primeras notas (1888), Los raros (1896) y El viaje a Nicaragua e Intermezzo tropical (1906). Quizás la Editio Princeps más valiosa entregada al Museo-Archivo el 6 de febrero del 2006, fue la del célebre libro de Darío Los raros , una de las más difíciles de conseguir por lo limitado de la primera edición. Se trata de una verdadera joya bibliográfica. La misma presentación tipográfica es excelente (“exótica”, la calificó Luis Berisso). Desafortunadamente, el ejemplar depositado no conserva su cubierta original, donde aparecía el dibujo a lápiz de la cabeza de Rubén a los 29 años de edad, obra del artista argentino Alberto Schiaffino.

No obstante, el ejemplar conserva su portada, donde aparecen completos el nombre y el apellido del autor y el título de la obra. Hay un dato curioso: un gato negro echado da la espalda al lector y pareciera estar leyendo el título del libro. La presencia de esta curiosidad tipográfica podría ser una alusión al nombre del célebre café parisino Le Chat Noir , cenáculo de parnasianos y simbolistas.

Cortesía: La Prensa enlace