Por: Erick Aguirre.

Con optimismo recibimos la aparición del primer número de la Revista Nicaragüense de Cultura, auspiciada por el Banco Central de Nicaragua y dirigida por Jorge Eduardo Arellano. Es un número editado en homenaje al centenario de la muerte de Rubén Darío.

Dividido en tres secciones, contiene ensayos, artículos, reseñas y aproximaciones de críticos e investigadores de Nicaragua, México y Alemania, así como la reproducción de importantes documentos.

Pablo Kraudy despunta con un ensayo sobre la guerra y la paz como prolegómenos recurrentes en la obra, pensamiento y ánimo de Darío a lo largo de su vida. Un recorrido analítico por los numerosos textos darianos en los que el axioma guerra-paz se revela constante; concebida en ellos la guerra como peligro o reiteración trágica, y la paz como anhelo humano quizás inalcanzable.

Concluye con un detallado examen del poema “Pax”, en el que Darío alerta a América respecto a la “grandeza trágica del momento histórico” que significó el inicio de la Primera Gran Guerra del siglo XX.

Le sigue un artículo del suscrito acerca de la dinámica dialógica y la evolución progresiva del pensamiento de Darío, así como la compleja proyección de ambigüedades y coherencias evidente en su prosa de ideas.

Luego un ensayo de Augusta Montealegre acerca del tenso vínculo de las vanguardias literarias hispanoamericanas de comienzos del siglo XX con el modernismo como escuela literaria y con Darío como su individualidad más compleja y representativa.

Montealegre logra discernir una doble interpretación teórica de las vanguardias ante el fenómeno rubendariano: una que lo vincula a la imitación de las viejas escuelas decadentes y al modelo poético francés, y otra que lo inserta en el proceso supranacional de la modernidad, más vinculado al concepto de crisis y de ruptura.

Respecto a la vanguardia nicaragüense, Montealegre la divide en dos: “la otra y primera vanguardia” prefigurada en Salomón de la Selva, y la vanguardia liderada después por José Coronel Urtecho.

Recuerda que Salomón conoció personalmente a Darío y fue su secretario durante su visita a Nueva York en 1915; lo identifica como su legítimo legatario y lo sitúa entre quienes lo interpretaron con simpatía y asimilaron su legado moderno. En tanto, coloca a Coronel entre quienes arremetieron contra su decadentismo y evadieron su influencia.

Finalmente se inclina por asumir, con Salomón y el chileno Vicente Huidobro, el legado literario dariano como paradigma de modernidad y bandera de emancipación no solo estética, sino también cultural y política.

Además de un texto de Faustino Sáenz respecto a la obsolescencia del concepto Generación del 98 como herramienta crítica, debido a su opacidad provinciana frente al supranacional modernismo; se incluye un ensayo de Noel Rivas Bravo acerca de la erudición y capacidad de disertación en el magisterio dariano del profesor, escritor y poeta Guillermo Rothschuh Tablada.

Rivas Bravo pondera el espíritu socrático y la forma en que, a lo largo de los años y en medio de diálogos, críticas y comentarios, Rothschuh ha disertado con sus discípulos acerca de Darío; así como la sabiduría y el estilo polémico, combativo, metafórico, ético y culto de los innumerables escritos que ha dedicado al poeta.

Entre las firmas internacionales figura la del alemán Günter Schmigalle, con una reseña crítica de la primera edición nicaragüense (2013) de El oro de Mallorca, novela inconclusa de Darío publicada en seis entregas por el diario argentino La Nación, en 1914. La séptima y última no fue publicada en vida del autor y fue descubierta muchos años después.

Schmigalle aprecia el esfuerzo investigador del editor Kraudy, quien transcribió los siete capítulos de la novela y agregó una noticia bibliográfica con notas aclaratorias en las que, entre otras acotaciones, identifica los modelos “reales” de muchos de sus personajes.

Respecto al nombre del protagonista Benjamín Itaspes, Schmigalle cita a Raymond Skyrme, quien demostró que Darío se familiarizó con Hystaspes, padre del rey Darío de Persia, por medio del libro Isis sin velo (1877), de Helena Blavatsky, y concluye que para el poeta nicaragüense la llave del enigma de la vida no se encontraba en la especulación filosófica ni en la creencia religiosa, sino en el conocimiento inspirado del artista.

En la sección Documenta se reproduce un ensayo del mexicano Jaime Torres Bodet publicado en 1967, y leído ese año por él mismo en Nicaragua durante la conmemoración del centenario del nacimiento de Darío.

También se reproduce una copia fotostática del manuscrito del poema “A Margarita”, y se cierra con un exhaustivo artículo de Arellano acerca de la historia del Archivo Rubén Darío de la Universidad Complutense, que ha sido digitalizado y ya es accesible en línea.

 

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