Por: El Correo Gallego

“La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?”. Así reza el primer verso de la famosa  Sonatina enlace  de Rubén Darío, que parece escrito pensando en Catalina, duquesa de Cambridge, a quien el embarazo la ha dejado postrada en la cama de un hospital estos primeros días.

La princesa no tiene otra cosa que hiperémesis gravídica, término médico de nombre chungo y amenazante que agrupa los síntomas de los vómitos, náuseas y mareos de los tres primeros meses de embarazo y que sólo es en muy pocos casos causa o consecuencia de complicaciones graves.

“La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?// Los suspiros se escapan de su boca de fresa,// que ha perdido la risa, que ha perdido el color.// La princesa está pálida en su silla de oro,// está mudo el teclado de su clave sonoro;// y en un vaso olvidada se desmaya una flor”. Vamos que ni pintada la estrofa del poeta nicaragüense para estos malestares, despertares amargos de vomiteras y arcadas, mañanas de ácidos y mucha cama, aunque Rubén Darío habla del amor, de su amada, de quimeras, de ilusiones, de encierros y almas.

He conocido a alguna mujer que lo pasó realmente mal los primeros meses de embarazo por culpa de una aguda hiperémesis gravídica, según las teorías médicas debidas a parto gemelar o, según reza la tradición popular, a que el bebé tiene mucho pelo y provoca ácidos ¿?

Y éste es sólo el prólogo de un embarazo que puede llegar a convertirse en uno de los más comentados, tratados, informados, debatidos, analizados y discutidos e incluso legislados de la historia de la Humanidad.

¡Al tiempo!, que ahora viene la discusión del nombre.

 

Cortesía: El Correo Gallego