En Nicaragua están en el Museo Archivo “Rubén Darío”, en bancos y en manos de coleccionistas.

Por: END

Los manuscritos originales de Rubén Darío se encuentran dispersos en seis países del mundo. Solo el Archivo Rubén Darío de la Universidad Complutense de Madrid, de España, conserva 4,514 piezas, entre cartas manuscritas, recibos y fotografías del poeta.

La revista Lengua en su edición 33, de junio de 2008, contabiliza el inventario existente en seis naciones desde hace 60 años. “En la Biblioteca del Congreso, Washington, se encuentran 27 originales de Cantos de Vida y Esperanza (1905), donados en 1949 por Juan Ramón Jiménez, a quien los obsequió Darío por cuidar la edición. Se reprodujeron en Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano y los analizaron en un libro ocho catedráticas argentinas”, dice la citada revista en su sección Documenta Rubendariana.

La elaboración del escrito e investigación estuvo al cuidado del escritor Jorge Eduardo Arellano, quien aseguró entonces que otro manuscrito de Darío que se encuentra en Estados Unidos, pero no en verso sino en prosa, es el capítulo I de la tercera parte de la novela de Darío, El oro de Mallorca (1913).

Arellano detalló que en la Real Academia Española, Madrid, existe el manuscrito original de Canción de Otoño en Primavera, cedido a la RAE por el doctor Gregorio Marañón.

La publicación añadió que en el Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional de Chile se conserva Canto a la Argentina, escrito a lápiz. El Museo de la Sociedad Argentina de Escritores en Buenos Aires, conserva el manuscrito de Marcha Triunfal, de cuatro páginas.

En Ecuador, el exdiplomático Carlos Rodríguez, quien estuvo en misión en el país, posee el manuscrito original del poema A Rosita Sotomayor.

En el Museo Archivo “Rubén Darío”, que funciona en la casa donde el poeta vivió su infancia en León, se encuentra una decena de manuscritos originales. Algunos de estos proceden de una maleta dejada por Darío a un conductor en Guatemala, cuya hija los vendió al extinto Banco de América a finales de los años 70 del siglo pasado.

El daríista José Jirón Terán recibió una docena de los manuscritos que venían en la maleta, algunos de Prosas Profanas. “Por lo demás, cuatro o cinco bancos privados y más de 20 coleccionistas, poseen manuscritos, borradores, segundas versiones y copias a posteriori, etc., de poemas de Darío, algunos no incorporados a sus Poesías Completas”, indicó Arellano en Lengua, una publicación de la Academia Nicaragüense de la Lengua.

 

Cortesía: El Nuevo Diario