(Foto: Mercedes Duque Estrada.) Cortesía: NAYIRA VALENZUELA/ END.

Por: Letzira Sevilla Bolaños.

HONOR. Se declara apasionada por Rubén Darío y se siente honrada de haber sido electa musa del centenario de la muerte de Rubén Darío.

En el pecho lleva colgada la historia de su romance con el inmortal Rubén Darío.

Una lira de oro en la que se lee su nombre y el año en que fue electa como Musa de Dariana constituyen uno de los más grandes tesoros que Mercedes Duque Estrada guarda con mayor celo.

El Movimiento Mundial Dariano en el marco de las celebraciones del centenario del paso a la inmortalidad del Príncipe de las Letras Castellanas organizó una extensa jornada de homenajes en la ciudad de Miami y decidió nombrar Musa del Centenario a la señora Duque Estrada, quien durante toda su vida ha profesado singular admiración por el vate nacido en Metapa, hoy Ciudad Darío.

Mercedes Duque Estrada tiene 70 años y además de conservar su belleza física, su espíritu es joven y su carácter jovial, rebozante de contagiante alegría.

Con álbumes llenos de fotos que inmortalizan su investidura como musa y anécdotas que nunca olvidará nos recibió en su casa y compartió su historia ligada a Margarita Debayle y su disfrute como musa dariana.

¿Cómo fue su primer acercamiento a Rubén Darío?

En pequeñas dimensiones lo fui conociendo conforme mi edad en las diversas veladas del colegio. Siempre alguien declamaba sus poemas o se recitaba alguno de sus versos entre cada presentación.

Sin embargo, tengo conciencia de un poema en particular y es “A Margarita Debayle”, porque además de que lo recitaban en el colegio, ella era prima hermana de mi abuela Ángela Machado Sacasa. Toda la vida Rubén Darío fue especial para la familia Sacasa. Doña Casimira, mamá de Margarita, y mi bisabuela eran admiradoras del poeta y en casa siempre  se nos inculcó esa admiración por él. Por eso cuando me eligieron musa me hicieron conciencia de la importancia que tenía.

¿Qué significó para usted que la hayan elegido como Musa Dariana?

Fue un gran honor para mí que me hayan designado musa y es un papel que me he tomado muy en serio porque pienso que Rubén Darío nos ha llevado a la universalidad y todos le debemos mucho respeto. Además, si muchos otros países lo  celebran y respetan, ¿cómo no lo vamos a hacer nosotros?.

¿Cómo era la elección de la musa?

Cuando regresé de los Estados Unidos iba caminando por la calle y me vio el alcalde de León. Yo ya tenía 18 años, era toda una señorita  y él me dijo que estaba linda y me preguntó si me gustaría ser musa de Rubén Darío, aunque en realidad en ese momento yo no tenía mucha idea de cómo eran las musas, así que le pregunté a mis padres e inmediatamente dijeron que sí. El alcalde me llevó como su candidata y fue la Guardia Nacional  la que me eligió.

Concursamos tres en total.

¿Qué recuerdos tiene de esa noche?

Tuve dos grandes sorpresas, la primera fue la lira de oro que me obsequió la joyería de don Isidro Moreira  y su señora. Por eso soy la única musa que tiene esta condecoración física.

La otra sorpresa fue que una señora que fue vecina de nosotros toda la vida participó en un concurso de poesía  con un poema dedicado a mí y resulta que fue el ganador del certamen. Sus versos decían que me escogieron las hadas en mi cuna al nacer y ahora lo leo y creo que ella me marcó para toda la vida y a mis 70 años, soy viuda y con dos hijos volví a ser nombrada musa de Rubén Darío.

¿En su año como musa qué representaciones hizo?

Se estaban preparando para el medio siglo de su muerte, yo fui en 1963 y en 1966 se celebró en grande me pusieron en la radio para invitar a la gente a que participara en todas las actividades conmemorativas.

Yo le tiraba besos a la gente y trataba de agradarles para que todos disfrutáramos del desfile que se hizo.

¿Cómo fue electa musa para las celebraciones de este centenario de la muerte de Darío?

Fue una finesa que tuvo el Movimiento Mundial Dariano, presidido por el profesor Héctor Darío Pastora, junto a la Fundación Internacional Rubén Darío y  el Centro de Escritores y Poetas Iberoamericanos en Miami  que se han unido para trabajar en equipo, muy por el contrario a la desunión que se ve en Nicaragua entre los distintos círculos, actitud que no nos lleva a nada.

Ellos me designaron musa de este centenario y estoy feliz. El programa de actividades es bien amplio y hasta el alcalde de Miami rendirá un tributo especial a Darío.

 

Cortesía: El Nuevo Diario enlace