Julio Valle-Castillo. El escritor y crítico literario es el encargado de la nueva edición del libro “Cuestiones rubendarianas”, compilación de diversos textos de Darío, realizada por Ernesto Mejía Sánchez. La obra se publica por primera vez en Nicaragua.

La nueva edición de “cuestiones rubendarianas” estuvo a cargo del escritor Julio Valle-Castillo.
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 Uriel Velásquez | Foto: Nayira Valenzuela

Entre los especialistas de Rubén Darío, Ernesto Mejía Sánchez —quien nació en Masaya en 1923 y murió en México en 1985— ocupa un lugar privilegiado por su entrega, pasión y rigor al estudio dariano.

El mayor aporte de su entrega al estudio de la vida y obra de Rubén Darío es su libro “Cuestiones rubendarianas”, publicado hace más de tres décadas en España y del que hoy por primera vez en Nicaragua se publica una edición más completa con textos nuevos, bajo la introducción, edición y notas de su discípulo, el escritor y crítico literario Julio Valle-Castillo, a quien personalmente le encargó el trabajo seis meses antes de su muerte.

Para Valle-Castillo, “Cuestiones rubendarianas” reafirmó en su momento la calidad literaria y la grandeza de Rubén Darío ante quienes lo atacaban y menospreciaban.

“El impacto que tuvo la primera publicación de este libro fue que varió el discurso crítico sobre Rubén Darío en todo el continente americano y en la propia España”, asegura Julio Valle-Castillo. Según él, en Nicaragua hay menos de 30 ediciones de esa primera publicación.

La nueva edición del libro se presenta hoy a las 6:30 de la tarde en el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra de Hispamer, es un proyecto respaldado por Fundación Uno y tiene un tiraje de 1,000 ejemplares.

“Julio Valle-Castillo es el discípulo dilecto de Ernesto Mejía Sánchez. Nosotros queríamos hacer la reimpresión de la primera edición y Julio Valle-Castillo nos dijo que había mucho más material. Entonces le pedimos anotar y aumentar el libro original”, explica Marcela Sevilla Sacasa, de Fundación Uno. En esta entrevista Valle-Castillo brinda mayores detalles de la obra.

¿Cuál es el contenido de la nueva edición de Cuestiones rubendarianas?

Tiene el estudio de todas las relaciones literarias de Rubén Darío con Rafael Heliodoro Valle (escritor hondureño), Pedro Henríquez Ureña (escritor dominicano) y Alfonso Reyes (poeta mexicano).

Luego están los primeros cuentos que se encontraron de Darío, la Crónica del Centenario.

¿Cómo Ernesto Mejía Sánchez recopiló todos estos textos?

Él era un crítico literario, un profesor, filólogo y doctor de la Universidad Complutense de Madrid. Se dedicó exclusivamente a estudiar a Rubén Darío y así fue poco a poco recopilando todo.

¿Cuáles son las características de esa recopilación de Ernesto Mejía Sánchez?

El rigor, la seriedad, la cantidad de datos que presenta, los textos nuevos. Por ejemplo, en el libro aparece la primera nota autobiográfica que posiblemente escribió Rubén Darío. Hay tres cuentos inéditos: “A las orillas del Rhin”, “Las albóndigas del coronel” y “Mis primeros versos”.

¿Hay textos periodísticos?

Hay textos periodísticos, especialmente de crónicas. La crónica contemporánea no sería lo que es si no la escribe Darío. La prosa anterior española es pesada y la de América Latina era mediocre. Nunca ha alcanzado el periodismo mayor calidad literaria que con el modernismo y con Darío. Tomaban el periodismo como arte. Hay textos periodísticos de Darío que se pueden leer como cuentos.

Cuestiones Rubendarianas

Cuestiones Rubendarianas

¿Cuánto tiempo le tomó a Mejía Sánchez hacer la primera edición del libro y cuál fue el impacto que tuvo en su momento?

La vida. Ernesto Mejía Sánchez empezó a estudiar a Rubén Darío desde 1946, quizás. El impacto que produjo fue que varió el discurso crítico sobre Rubén Darío en todo el continente americano y en la propia España.

El estudio, las relaciones literarias, por ejemplo, son una cosa novedosa y luego el impacto que tendrá ahora es ver completa la obra de investigación, valoración y fijación textual de Ernesto Mejía Sánchez.

Una muestra de la grandeza de Ernesto Mejía Sánchez también es que hizo la edición de la poesía completa de la biclioteca Ayacucho, de Venezuela, hizo en 1950 la edición de los cuentos completos de Darío prologados por Raimundo Lida, en México, eso no es una cosa pequeña.

A ernesto Mejía Sánchez se le atribuye también haber defendido la calidad de rubén Darío ante quienes decían que solo era un escritor de moda, ¿hay algo de esto en el libro?

Por supuesto. En este libro hay un texto que se llama “Rubén Darío, poeta del siglo XX”. Es una exégesis. Todo mundo había empezado a decir que Darío era un poeta de moda y con su obra, Mejía Sánchez demostró que Darío era más que eso. Darío no solo aparece como poeta, sino como ensayista y cuentista.

Ese trabajo fue leído por Mejía Sánchez en el Primer Congreso Internacional de Hispanistas, en Oxford, Inglaterra, el 10 de septiembre de 1962 y ha permanecido inédito hasta hoy por voluntad de no menospreciar la amistad del poeta Luis Cernuda, a quien refuta.

Luis Cernuda era un poeta español de la generación del 27, pero era antidariano. Habló descalificando la obra de Rubén Darío, entonces Ernesto Mejía Sánchez en ese encuentro en Oxford, recalcó la condición clásica de Rubén Darío.

En este libro también está presente el estudio manuscrito de Darío donde se rectifican algunos versos.

Esos textos manuscritos de Rubén Darío, ¿cómo los consiguió Ernesto Mejía Sánchez?

Estos textos los encontró en la biblioteca del Congreso de Washington, Estados Unidos. Los regaló Juan Ramón Jiménez, el poeta español que había organizado junto con Rubén Darío el libro “Cantos de vida y esperanza” y otros poemas inéditos. Esa donación de Juan Ramón Jiménez es invaluable. En Nicaragua casi no tenemos textos manuscritos de Rubén Darío.

¿Ernesto Mejía Sánchez presentó este libro en Nicaragua?

No. Él regresa solamente a Nicaragua en 1967 para el centenario de Rubén Darío, y en el año 1971 para recibir el doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional.

Si hay 30 ejemplares de la primera edición en Nicaragua es mucho. Este libro es la edición más completa de Ernesto Mejía Sánchez y tendrá un tiraje de 1,000 ejemplares.

¿Qué ha significado para usted participar en este proyecto?

Significa el cumplir un compromiso que este hombre ya en sus días de enfermedad, en su etapa final, me encargó en abril de 1985. Era la Semana Santa, me encomendó el trabajo riéndose porque era un hombre con un enorme sentido del humor. Sabiendo que estaba enfermo él me dijo: “ve, el libro “Cuestiones rubendarianas”, tú sabes que no está completo, que están dispersos una serie de ensayos sobre Darío que ya no hubo tiempo de incluir. Así es que te toca ordenarlo”. Ahora, después de todos estos años voy a poder decir misión cumplida.

 

Cortesía: El Nuevo Diario