PERDÓN

Cual hoja que cae, una vez doliente,
con faz hechicera, llegaste hasta mí,
y con voz muy suave, tibia y envolvente
me hiciste poner, ante ti mi ser!

Sin reparo alguno y sin condiciones
cual sumiso esclavo ante altiva reina
la mano funesta marcó mi destino
con el sello infame de: fatalidad!

Voluntad no tuve desde aquel momento
y en gris corazón germinó la ira,
como una ponzoña que todo ensuciase.

Tan segura estabas de tu cruel Dominio
que nunca lograste este incendio ver,
y por tanto entonces, nació generosa
una nueva reina llamada venganza!

Muy sutil entonces, todas mis acciones
preparé con calma y helada labor!

Esperar paciente sólo me faltaba
el dulce momento de fría revancha
y ser del destino la mano fatal!

Muy justo el momento de la acción siniestra,
otra triste historia del pasado tiempo,
el término puso a tu infame gloria!

Di gracias al cielo que cambió mi vida,
y pude ya entonces pensar con razón,
y mis sentimientos no son más dictados,
por gotas amargas de un vil corazón!

Hoy la palidez de tu faz contemplo
con otra emoción, que por Dios espero,
reine en mí por siempre: se llama perdón!

± 4 de Junio de 1887.

Rubén Darío


MANUSCRITO ORIGINAL


Referencias Bibliográficas
  1. Magazine Modernista enlace – Editor General: Alberto Acereda.